Yendo al pasado y emocionada en
el presente
Excelente visita a la Casa de Ejercicios Espirituales de la
mano de quien fuera la directora de estudios de mi colegio secundario, Instituto
San Cayetano, Sra Graciela Ojeda de Rio.
Un relato impecable, claro,
ameno, recorrer la casa, unir a San
Ignacio de Loyola, San Cayetano, María de Paz y Figueroa, el Papa Francisco con
su voz fue maravilloso, me transportó al querido colegio, a mi adolescencia, me
reavivó las ganas...que lindo es abrir la puerta y que los lugares
cuenten..."Caminare mientras me dure la vida"
Este edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional el 21 de
mayo de 1942, esta casa esta a cargo
desde hace más de 200 años de las hermanas de la Sociedad Hijas del Divino Salvador quien han apoyado y difundido la
obra de María Antonia de Paz y Figueroa,
fundadora de esta casa, una beata santiagueña que continuó con la práctica
creada por San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, en lo
referente a ejercicios espirituales, cuando estos fueron expulsados de nuestro
país.
La casa fue construida en el
Buenos Aires colonial, un edificio levantado entre las actuales calles
Independencia, Estados Unidos, Salta y Lima, fundada en 1795, quedaba en las afueras, en una zona
considerada rural.
La estructura de la casa fue idea
de Juan Campos, alarife, dedicado a
la arquitectura y que levantó una casa con características de las
construcciones rurales de la España medieval. Cuando María Antonia muere en 1799,
sólo se había construido el Beaterio y parte de la Casa de Ejercicios.
En la casa, puertas, herrajes,
pisos, techos de tirantes de palmera, las celdas de reclusión para Ejercicios
Espirituales, claustros, patios, capillas, adornos como cuadros mobiliario, imágenes barrocas, encoladas, de
vestir y de talla entera, poseen valor artístico y religioso y gran parte de
todo esto permanece de igual manera que en los tiempos en los que funcionaba el
beaterio.
A esta casa acudían a realizar ejercicios
espirituales, alejarse de las tareas, cotidianas,
leer, meditar, orar, casi toda la sociedad colonial, nombres como Mariquita
Sanchez de Thompson, Manuelita de Rosas, próceres de nuestra historia, los
hombres de Mayo, resuenan en las anécdotas, lo cierto es que en la Casa de
Ejercicios jamás se le cobró a nadie por estar alojado durante diez días, se
les daba a los ejercitantes cuatro comidas más dos mateadas. Esto era posible
gracias a las donaciones que recibía María Antonia apoyando su obra.
Fehacientemente no hay registros
de todas las personas que pasaron por la Casa, no hay registro escrito de los que
entraban y salían, pero el 90% de los personajes de nuestra Historia eran
católicos comprometidos y hacían ejercicios acá, aunque no este documentada su
presencia.
Vamos a recorrerla
Beaterio
Lo conforman las habitaciones
destinadas a las beatas que atendían la casa y asistían a los ejercitantes en época
de retiros, se observan mobiliario, cuadros, algunos del siglo XVIII
María Antonia, desde los 15 años
de edad, opta por ser una beta de la Compañía de Jesús, renunciando a sus
títulos, a su familia y a su apellido. Ella se titulaba simplemente como “María
Antonia del Señor San José”.
María
Antonia vestía una sotana negra de jesuita y recorría caminos realizando ejercicios
espirituales con el libro que había redactado San Ignacio de Loyola.
Cuando
los Jesuitas son expulsados, solicita permiso al obispo para practicar los ejercicios
espirituales de San Ignacio de Loyola, para seguir con la espiritualidad de los jesuitas.
Salía con su libro de los ejercicios espirituales, con el báculo, la cruz alta
para salir a predicar, el Manuelito colgado de su pecho y una bolsita atravesada,
como una faltriquera, donde tenía una imagen de Nuestra Señora de los Dolores.
Salón de las Américas: espacio
utilizado por las beatas como salón de lectura, costura y manualidades, hoy
recibe el nombre que fue elegido por las mujeres de la cultura de principios
del siglo XX quienes se reunían
frecuentemente aquí y quienes reconocían a Maria Antonia como primer
escritora rioplatense y Patrona de las Mujeres Empresarias Argentinas.
En esta sala se ven elementos de arquitectura colonial en
arcos y columnas.
Las puertas, todas originales, son de madera de ñandubay.
Tienen una altura media en su mayoría, y en los lugares más
abiertos son portones.
Piano del siglo XIX, se cree que perteneció a
Manuelita de Rosas y que envió a esta casa ya que suponía que una de sus
amigas; Camila O’gorman, sería condenada a reclusión aquí por conducta impropia
de acuerdo a la moral y costumbre de la época.
Desde aquí se ve el patio del beaterio
Oratorio del Nazareno
Imagen del Siglo XVIII, de
vestir, Jesús Nazareno con la cruz sobre
los hombros. Fue regalada por un señor llamado Rosendo Rico, en el año 1783.
Ésta era una de las imágenes que se llevaba por las calles como testimonio de
lo que fue la pasión de Cristo.
Patio de la entrada
Uno de los tantos patios que se
conservan, la casa originalmente tenía 8 patios. Presenta aleros de algarrobo,
este patio fue remodelado, se conservan ladrillos coloniales para delimitar los
canteros y los faroles son de la época del Virrey Vértiz, típicos faroles
coloniales de tres caras.
En una de las primeras salas del
beaterio en torno al Patio de entrada podemos ver:
Un reloj inglés de 1703 donado
por la comunidad británica en agradecimiento al trato que recibieron soldados
heridos en las invasiones inglesas, época en la que funciono un banco de sangre
donde asistieron a soldados ingleses y criollos.
Piano forte de mediados de siglo
XIX, donado por la familia Sáenz Valiente, que originalmente estaba en la
estancia donde se conocieron Samuel Sáenz Valiente y Felicitas Guerrero,
protagonistas de una trágica historia.
Cuadro de María Antonia de Paz y
Figueroa, vestida de Beata obra del vitralista Stuch realizado a fines del
siglo XIX, fue conocida como Beata Antula.
La casa guarda piezas importantes
de la imaginería colonial, bellos pasillos, puertas y ventanas que me encantan.
Capilla Chica o Capilla del
Beaterio
Trazado rectangular de una sola
nave, característico de la construcción religiosa Jesuita en América. El altar
principal tiene un retablo barroco, en el centro se encuentra una imagen de
talla entera del Sagrado Corazón, con la técnica de “dorado a la hoja”.. y una
aureola de plata peruana.
El Señor de la Aspiración, imagen cuzqueña, representa a Jesús,
camino al calvario, cuando se levanta de una caída, no alcanza todavía a
colocarse la cruz sobre sus hombros, pero mira al Cielo aspirando, por eso
tiene los labios entreabiertos, como pidiendo fuerza.
Cuadro de las reliquias: se observan en este cuadro, objetos,
reliquias, que eran de uso personal de María Antonia de Paz y Figueroa. Se
destaca la cruz pequeña que se encuentra en el medio. Ése es el famoso
Manuelito que tenía María Antonia. Es la imagen del Niño Jesús, llamado “Emmanuel”,
que significa “Dios con nosotros”, y a quien los españoles nombraban como
“Manuelito”, “Manolito” o “Toñito”. Esta imagen es muy milagrosa y María
Antonia se la prestaba a las mujeres que iban a tener familia, la llevaba a la
cárcel para que los presos la pudieran besar, a las personas enfermas o
moribundas, y dicen qie el Manuelito siempre cumple en nosotros un milagro.
En las paredes vemos cuadros
franceses de 1870 que reproducen escenas del Via Crucis
Claustro del Beaterio, vemos
la Cruz pesada de los ejercitantes,
una de las prácticas que hacían los que querían, era cargar esa cruz en los
hombros y atravesar los pasillos.
La cruz pesa 47 kilos. En la
época de María Antonia, el padecimiento físico provocado y ofrecido era
considerado meritorio. A veces las mujeres se cortaban el pelo o hacían ayuno,
para demostrar de esa forma que estaban arrepentidas y que querían ser mejores
personas.
Patio de la Cocina
En
las habitaciones de este patio se daba hospedaje a quienes lo solicitasen y
también los
padres podían dejar a sus hijas mujeres en penitencia cuando desobedecían. Mariquita
Sánchez de Thompson, estuvo recluida durante meses, aquí, los padres la
mandaron a que estuviera encerrada en la Casa de Ejercicios para que meditara y
cambiara de opinión ya que se negaba a casarse con el candidato impuesto por
sus sus padres, ella estaba enamorada de
su primo lejano, Martín Thompson.
Las vigas que sostienen los techos son de madera de ñandubay, troncos de palmera que donaron a María Antonia de la zona de Misiones y Corrientes.
La
cocina, actualmente a nuevo. Los proveedores tenían que traer acá los
alimentos. Las beatas tenían acceso, porque
aquí, cocinaban.
Casa de Ejercicios
Desde el claustro podemos pasar a
la Casa de Ejercicios por una reforma que se realizó el siglo pasado, que permite la
comunicación entre el Beaterio y el lugar de los ejercitantes. Las galerías de
esta parte de la casa son cubiertas y las habitaciones que se encuentran a su alrededor son
llamadas celdas.
Comedor
Sector destinado a las comidas y
colaciones. Aquí se encuentra un torno instalado en la pared para pasar los
alimentos desde la cocina del beaterio ya que no se comunicaba con la casa.
Capilla Grande o Capilla de los Ejercitantes
Esta Capilla es la que se utilizaba en los días de
ejercicios. Es de trazado recto, rectangular, con una sola nave.
En el Altar mayor,
encontramos las imágenes barrocas de la crucifixión de Cristo, con la Virgen María y San
Juan, y a los costados los dos santos patronos de la congregación. A la derecha, está la
imagen de San Ignacio de Loyola, con el estandarte de la Compañía de Jesús. Del
otro lado se encuentra la imagen de San Cayetano, por quien María Antonia tenía
una especial devoción, y lo nombró segundo patrono de la casa. Ella fue quien
introdujo en nuestro país el culto a San Cayetano. Las Hermanas, siguiendo el
espíritu de evangelización de María Antonia, levantaron el colegio en una zona
rural, en terrenos que había donado la familia de Mercedes Córdoba. En 1875, las
beatas fundaron un colegio, una capilla y otra Casa de Ejercicios, en lo que
actualmente es el barrio de Liniers y donde actualmente se encuentran el
Santuario de San Cayetano y el colegio.
En los altares laterales encontramos, a la izquierda, la
imagen del Divino Salvador, que representa al Niño Jesús a los 12 años, y de quien la
congregación toma el nombre: “Hijas del Divino Salvador”.
A la derecha, se
encuentran tres imágenes que evocan las devociones de María Antonia: en el
centro, con un lirio en sus manos, está San José, de quien María Antonia tomó
el nombre, pues ella eligió que la llamaran “María Antonia del Señor San José”;
y a ambos lados de éste se encuentran San Francisco Javier y San Estanislao de
Koska, dos santos jesuitas.
El púlpito fue restaurado en 1942 por el arquitecto Nadal
Mora, quien le agregó imágenes muy antiguas de la Pasión de Cristo, que
encontró en la casa.
Del lado de afuera del muro lateral de la Capilla Grande,
encontramos una escalera construida dentro de la pared. Esta escalera fue hecha
por el arquitecto Nadal Mora para facilitar el acceso al coro, al cual antes se accedía
posiblemente por una simple escalera de madera desde el interior de la capilla. Se nota el
ancho de las paredes de la casa, suficiente para construir una escalera en su
interior.
Patio de las Ánimas
Su nombre se debe al hecho de haber encontrado enterradas
a dos religiosas en sus galerías. Sobre uno de sus muros se encuentra la Cruz
liviana de los ejercitantes, es de palmera y pesa 28 kilos.
El banco de madera que se ve en la foto, pertenecía al Cabildo, proveniente de la Sala Capitular, usado por los cabildantes el 22 de mayo de 1810
Baño
Habitaciones que dan a este patio
Patio de la Cruz o del Santísimo Sacramento
En este patio, se hacía la reflexión final de los
ejercicios espirituales, por eso María Antonia colocó en el centro una cruz que es el símbolo de
la Resurrección y la Vida.
Aljibe muy antiguo con un brocal único en su estilo.
Aquí vemos una espadaña. Este campanario construido en una
sola pared, con huecos para colocar las campanas es muy original. Sostiene tres
campanas, a las que la tradición llama Fe, Esperanza y
Caridad. Debajo de ellas, encontramos un reloj de sol.
En la casa hay 95 celdas como
ésta, para alojar a los fieles durante los retiros espirituales
Celda Nº 8
Es el lugar más sagrado de la casa. Aquí vivió y aquí
murió María Antonia de Paz y Figueroa. Todos los objetos nos
hablan de ella.
Sobre la pared lateral se encuentra el leño de ñandubay que se encontró el 25 de Mayo de
1867, en el camposanto de la Iglesia de la Piedad.
María Antonio al llegar a
Buenos Aires no fue bien vista y se refugia en la Iglesia de La Piedad donde
fue protegida por los sacerdotes, motivo por el cual ella pide ser enterrada
allí, escribe en su testamento que no le pongan ninguna señal sobre su tumba.
Ocurido el hecho, las hermanas la entierran alli y bajo su cabeza le pusieron
un leño de ñandubay que hiciera de almohada, y le colocaron su rosario en la
mano. Cuando se decide ampliar La Piedad, se buscan durante 5 meses los restos.
pero no los encontraban, porque no había lápida ni cruz ni señal. Llegaron a la
Casa de Ejercicios para hablar
con las beatas sobre como hallar a Maria Antonia y les dan el dato de
que Antonia tenía debajo de su cabeza un leño de ñandubay. Pero tampoco
encontraron el leño. Hasta que el 25 de mayo 1867, una niña vestida de blanco
se acerca a los hombres que estaban cavando y les dice: “Si ustedes buscan a
María Antonia, caven en este lugar”, y les señala exactamente el sitio donde
estaba enterrada. Esos restos son recogidos con toda veneración y colocados en
una sepultura
dentro del nuevo templo.
Esta la
cruz alta de María Antonia, que usaba como los jesuitas a modo de báculo.
El
piso de la celda se mantiene como era originalmente.
En la celda se encuentra una imagen de San Ignacio de
Loyola, tiene el libro de los Ejercicios Espirituales con la página abierta en los
símbolos de la Compañía de Jesús: las siglas de “Jesús, Hombre, Salvador”, que se colocan en
las hostias consagradas, y el lema de la Compañía de Jesús,
“Para mayor gloria de Dios”.
También podemos ver la lápida de la tumba que colocaron cuando trasladaron sus restos del camposanto al interior de la iglesia de La Piedad. Posteriormente cuando le construyen el mausoleo sobre su tumbo en 1905, la lápida se trae a la casa.
Este arcón era de pertenencia directa de María Antonia,
aquí ella guardaba el pan para que se mantuviera fresco, esponjoso. Se dice que nunca le
faltó a María Antonia comida para ofrecer.
Altar de la Virreina
Aquí vemos el Altar de la Virreina. Este altar es de
estilo morisco. Se caracteriza por tener incrustaciones de nácar en la madera. Fue regalado a María
Antonia por los Virreyes del Perú.
En la parte superior del altar podemos ver a La Abadesa, virgencita vestida de negro, la protectora del pueblo. Es la imagen barroca que representa a la Virgen María en el momento más triste de su vida contemplando el padecimiento y muerte de su hijo.
Recorrer la Casa es tomar
contacto con uno de los pocos edificios auténticamente coloniales que
sobreviven en la ciudad de Buenos Aires, es entrar en túnel del tiempo,
aislarse de la ruidosa ciudad y entrar en un clima de paz y oración, ese clima
que sólo la figura de una mujer con ideas tan claras y tanta fuerza como María
Antonia, su fundadora, pudo lograr que reinara a lo largo del tiempo en este
Santa Casa, y es un de los pocos sitios que al día de hoy sigue destinada a los
mismos fines para los cuales la fundó. Un paseo por la historia, la cultura,
las costumbres que merece realizarse.
El 01 de julio de 2010, el Papa
Benedicto XVI proclamó Venerable María
Antonia de San José, paso decisivo en el proceso de beatificación. Monseñor
Jorge Mario Bergoglio, fue quien introdujo la causa, hoy convertido en Papa
Francisco continúa apoyando este proyecto.
Se realizan
visitas guiadas periódicamente, para más información comunicarse al
email:
hds.1730@yahoo.com.ar Te
4304-0984
La Casa participa como monumento
histórico de la “Noche de los Museos”
organizada por el Gobierno de la Ciudad, en el mes de noviembre.
Ubicación: Av Independencia 1190.
CABA
Daniela Sáez
@exploradorturis