Una obra única en el continente
Dentro del patrimonio histórico de las obras de
salubridad, un lugar de privilegio por sus características singulares, por su envergadura
y su carácter monumental, ocupa el Gran
Palacio de las Aguas Corrientes de Buenos
Aires
Su historia se relaciona con las necesidades de
una ciudad que hacía 1871 presentaba un estado sanitario muy precario, aquejada por epidemias de cólera y
fiebre amarilla, y sin un sistema de aguas corrientes, cloacas y desagües
pluviales, acorde al crecimiento que venia experimentando.
Si bien en 1869 se había inaugurado en el
barrio de Recoleta una pequeña Planta de Filtrado que abastecía con su red a un
reducido sector de la Ciudad, todavía la mayor parte de la población dependía
del agua que recogían del río los aguateros y de los aljibes, y el flagelo de
las enfermedades no se había atenuado.
A fin de buscar una solución a este grave
problema, el Gobierno decide contratar al ingeniero hidráulico inglés John Frederick La Trobe Bateman la realización
de un Plan Sanitario para Buenos Aires,
que comprendiera la provisión de agua, los desagües cloacales y pluviales.
Precisamente, la historia de este Gran
Depósito, forma parte del sistema de provisión de agua proyectado por el
estudio inglés y refleja la intención del Gobierno de levantar un verdadero
monumento al agua potable, una “construcción que en el mundo no tenga rival por
su magnitud”.
Museo del Agua y de la historia sanitaria
Este Museo tiene por objeto principal proponer
al visitante una experiencia enriquecedora al conocer la historia de los
antiguos sistemas de saneamiento de Buenos Aires, de los cuales el excepcional
Palacio de las Aguas Corrientes, donde funciona, era una pieza indispensable.
Además de poder descubrir la historia del agua
potable en la Ciudad y la construcción de este Gran Depósito Distribuidor, sus
colecciones testimonian una etapa importante de la historia sanitaria
argentina.
Hacia 1958 se crea el Museo Técnico de artefactos
Sanitarios de Obras Sanitarias de la nación, a partir del “Muestrario de
Materiales”, lugar donde eran exhibidas públicamente las piezas aprobadas por
la antigua Oficina de Contraste. Estos materiales, que con el tiempo se fueron
acumulando y adquirieron valor histórico, constituyen la base de las actuales
colecciones.
Las colecciones del Museo
Además de los elementos que forman parte de la
historia de la construcción del Palacio de las Aguas Corrientes y el mobiliario
de las antiguas dependencias de O.S.N. las colecciones del Museo incluyen:
cañerías, medidores, grifería nacional e importada y antigios artefactos
sanitarios.
Cañerías
Desde que se iniciaron las obras de higiene y
salubridad en 1869, y durante las primeras décadas del siglo XX, la mayor parte
de los materiales utilizados en las obras de salubridad eran importantes.
Para controlar estos elementos y los de
fabricación nacional, en septiembre de 1887 se creó la Oficina de Contraste,
que tenía a su cargo realizar los ensayos necesarios para determinar la calidad
de los materiales utilizados en las obras domiciliarias.
En el Museo se pueden observar caños de
material vitreo, que procedían en su mayoría de Inglaterra. Algunas de las
firmas proveedoras fueron Strong de A. G.Kidston & Co, London y Geo, Jennings,
London & Poole, etc. Además, cámaras de acceso y piezas especiales, y un
conjunto de conductos de secciones y materiales diversos (madera, cerámica),
utilizados en la primera mitad del siglo XX.
Medidores
El control del consumo del agua a través de medidores
fue, prácticamente desde los orígenes del sistema de provisión, una de las
preocupaciones principales de las autoridades. El primer reglamento de 1869
para la provisión de agua preveía la colocación de medidores en viviendas y
establecimientos.
Los primeros medidores a turbina en servicio en
Buenos Aires datan del año 1889 y eran de las marcas Stoll, Thompson y Siemens.
Hacia 1939 había 17.260 medidores en servicio, que eran controlados por la
Oficina de Medidores de Obras Sanitarias de la Nación.
Además de artefactos y cañerías, el control de
Obras Sanitarias de la Nación se extendía a la grifería y accesorios comúnmente
utilizados en baños y cocinas. A partir de la segunda posguerra, la
industria nacional cobró renovado
impulso con marcas como Piazza hermanos, La Rural, Franklin y FV, esta
última fundada en 1921.
La labor de la empresa consistía en la
aprobación de las piezas, mejoramiento de estándares de fabricación y calidad
existentes, a través de la organización de concursos destinados a perfeccionar
el funcionamiento de la grifería sanitaria nacional.
Artefactos sanitarios
En el Museo se pueden apreciar piezas curiosas
y únicas como inodoros destinados a cárceles (que incluyen lavabo en un mismo
elemento), inodoros a la turca u orientales, vaciaderos, urinales, bitdets,
móviles y otros modelos especiales. También pueden observarse antiguos
depósitos automáticos de descarga de distintos materiales (madera, vidrio y
acero cromado).
Sanitarios de cárceles |
Mobiliario de antiguas dependencias OSN |
Algunas imágenes más del Museo
Daniela Sáez
@exploradorturis
Buena galería de imágenes. Curioso museo, entre cómico y nostálgico ¿no?
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