sábado, 8 de diciembre de 2012

Penúltimo viaje


Dedicado a mi papá y a todos los que padecen Alzheimer

                                                  “Por ti me he vuelto poeta
                                                   Ya yo tengo mil hojas repletas,
                                                   Un armario de páginas completas
                                                   Que escribo cuando te veo y eso me hace feliz”


Mi papá y mis amados hijos

De repente con su mejor sonrisa, esa que siempre iluminó su rostro, la que me regaló desde que estaba en la cuna me dijo “quiero hacer el penúltimo viaje…el último ya sabes cuál es”,  respondí con mi más auténtica sonrisa, esa que mezcla ternura con un toque de melancolía, esa sonrisa que aflora e ilumina la mirada… sí papá el último viaje tiene el mismo destino para todos, pero ahora me gustaría saber ¿a donde quieres viajar?

Como si fuera un chico y yendo de lo general a lo particular su respuesta fue Europa, pero tu madre no me quiere acompañar, empezaría por París…

Inmediatamente con los poderes infinitos de la imaginación y mientras continuaba disfrutando de su entusiasmo y su ganas de describir el itinerario sobrevolé la realidad y aterrizamos en Francia

Sin el más mínimo equipaje, sólo él y yo, empujados por la fuerza de su deseo elegíamos soñar… proyectos y deseos nos mantienen vivos, esto también me lo enseñó él.

Muchas veces pienso que me encantaría llegar  a los  84 años, la edad que cumplirá mi padre el próximo 8 de febrero,  con ese espíritu, con esas ganas. 

Aunque suene incoherente lo que exprese a continuación el Alzheimer ha despertado en mi papá una claridad y lucidez cuando se trata de expresar sentimientos, deseos o críticas…  honestidad brutal, palabras sin filtros que encierran grandes verdades y realmente esto me sorprende.

Al transitar por los primeros tiempos de está enfermedad difícil y sin vuelta atrás familiarmente  uno siente que se enfrentará a una difícil tarea y que no basta el querer  cuidar sino que además es importantísimo saber hacerlo.

Y ahí esta él con sus picardías jugando y dialogando con sus nietos,  nunca aparentó la edad que tiene, es hermoso verlo siempre impecable, prolijo y elegante, coqueto, oliendo rico, eligiendo  sus perfumes, con manos habilidosas, esas que puso al servicio de su vocación.

Sin duda la voluntad  lo ha caracterizado, esas ganas de superarse, de no entregarse, hoy esforzándose para ganar esta batalla.

Mi vocación viajera la heredé de él, las ganas de pasear, recorrer, disfrutar de los rincones, visitar lugares nuevos, investigarlos, fotografiarlos…

 Me llevó de viaje muchas veces y ahora yo lo llevo seguido de viaje a él, vamos al pasado, un lugar en el que se siente seguro, cómodo en el que es protagonista y puede revivir historias, esto nos conecta, nos aferra a la vida, nos da alegría, ejercita la memoria.

 Mientras podamos seguir viajando así entre estas dos estaciones presente-pasado siempre tendremos la oportunidad de poner muy lejos ese último viaje.

Penúltimos serán muchos, todos los que te pueda regalar…y si por un instante viajamos al futuro, aunque ya no me puedas reconocer se que a través de tu mirada será fácil llegar a tu alma y me llevarás por tus tiempos, por los rincones que elijas, al punto donde hayas puesto tu imaginación.

Yo te daré lo que quieras, pide que te voy a complacer papá!

Daniela Sáez

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