sábado, 3 de mayo de 2014

San Antonio de Areco

Imperdible, para vivir la tradición.


Con sus lugares significativos, sus aires de pueblo, calles adoquinadas, farolitos y casonas coloniales, San Antonio de Areco me enamoró desde el primer momento.


Lo visité hace muchos años por primera vez, allá por el año 1989,  tiempos de juventud y facultad, cuando mis sueños turísticos buscaban impregnarse de nuestras raíces, de lo auténtico, de lo mágico que tiene el campo, cuando necesitaba desprenderme de lo urbano y adentrarme en lo rural. 

Lo descubrimos en grupo, junto a mis queridos amigos de facultad Carolina Cutrupi, Guillermo Rebotaro, Verónica Dominguez, Gabriel Acuña, Gabriela Dominelli, nos había tocado guiarlo para aprobar prácticos de guía en segundo año de la carrera y así comenzamos a visitarlo frecuentemente, para tomar contacto con su esencia, para ubicar los lugares, no eran tiempos de Internet y eso fue una de las mejores cosas que nos paso, no quedaba otra que llegar hasta el lugar y recorrerlo, hacerlo nuestro, grabarlo en el corazón.

  Y así quedó como nuestro lugar de referencia, como nuestro lugar preferido  a la hora de los recuerdos cada vez que afloran las anécdotas de los tiempos de facultad, y siempre vuelvo a él, hay lugres que uno hace suyos y esto me pasa con San Antonio de Areco.

No lo visitaba desde Agosto del 2009, y extrañaba recorrerlo, la excusa perfecta fue el fin de semana largo de mayo, eso nos decidió y allá fuimos para obtener la visión 2014 de mi querido Areco.

San Antonio de Areco es un  lugar donde mis ojos disfrutan, donde el aire de campo y el espíritu gauchesco esta constantemente presente, donde la payada y el último mate en el estribo son escenas que vienen a mi memoria al caminar por su Parque Criollo.

Donde la siesta se duerme y la plaza principal reúne a los parroquianos, y los bancos de plaza son testigos de innumerables charlas mate en mano. 



Las esquinas albergan bares históricos, que han mutado de antiguos boliches, que aún conservan todo el encanto y la magia en su interior, a este presente donde se abren al exterior alojando mesitas en sus veredas.


Decir San Antonio de Areco, es sinónimo de Ricardo Güiraldes y de su maravilloso Don Segundo Sombra, es en la imprenta de  Don Francisco Colombo, en San Antonio de Areco,  donde queda impreso  en 1926 "Don Segundo Sombra" para luego recibir el Primer Premio Nacional de Literatura.



Se me hacen inolvidables las charlas con Antonio Gasparini en su Atelier y su imagen a la entrada de su museo cada vez que llegábamos al pueblo con mis amigos y allí estaba él paradito en la puerta invitándonos a pasar, dándonos la bienvenida y dispuesto a contarnos de su vida y regalarnos lo que dibujaba mientras charlaba,  con su manera de pintar particular, pastel óleo y carbonilla para darle vida al gaucho, el campo y la pampa.


Plateros, artistas, literatura gauchesca, la asociación inmediata de Don Segundo Sombra y el Pago de Areco, carruajes, herreros, cueros y cerámica, tejidos,  productos de elaboración artesanal, quesos, pan, galleta, asado, empanadas, música folklórica, fogón y guitarreada, aperos y ponchos, posta y antiguo camino real, bailes tradicionales, caballos y palenques, pulperías, copa mulera, Puente Viejo y el río,  aromas de campo, de tradición y maravillosa gente, esto es lo que San Antonio de Areco a grabado en mi.

A tan sólo 113 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires por de la Ruta Nacional N° 8, a 2 Km. del cruce con las Ruta Provincial N° 41.

 Se los muestro ahora en algunas fotos, pero los invito a que lo visiten y lo caminen, estoy segura que les encantará.

Iglesia San Antonio de Padua


Frente a la Plaza Ruiz de Arellano se encuentra la Iglesia Parroquial. El primer oratorio fue fundado por Don José Ruiz de Arellano en el casco de su estancia. Posteriormente entre 1720 y 1728 se construyó la primera capilla en el mismo lugar que se encuentra la iglesia actual. Luego el 23 de octubre de 1730 la capilla pasó a ser parroquia. Por tal motivo esta fecha es tomada como el día de la fundación del pueblo.






Plaza Ruiz de Arellano 
En 1750 Ruiz de Arellano, fundador del pueblo, cedió parte de sus tierras, se realizó el trazado urbano en forma de damero. En una de las manzanas se alzó la plaza pública. 



En torno a la Plaza principal Luis de Arellano




 Municipalidad



Boliches, Bares históricos





Casonas que encontramos al caminar por sus calles, una más linda que la otra.




















Chocolates La Olla de cobre


Más casas para admirar







Puente Viejo
Primero se le llamó "El Puente de los Martínez", para después tomar el nombre con que llega a la actualidad: El Puente Viejo, fue construido en 1857. Es uno de los primeros puentes del país en los que se cobro derecho de peaje.


El puente está mencionado en el primer párrafo de "Don Segundo Sombra", la obra máxima de Ricardo Güiraldes. Él lo describe poéticamente: "En las afueras del pueblo, a unas diez cuadras de la plaza céntrica, el puente viejo tiende su arco sobre el río, uniendo las quintas al campo tranquilo".
En el año 1999, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de la Secretaría de Cultura de la Nación declaró al Puente Viejo como Monumento Histórico Nacional.


San Antonio de Areco formaba parte de la ruta que llegaba al Perú que se llamada Camino Real. Es por allí que circulaban los “chasquis” a caballo, que conformaban el sistema de correo ordinarios y regulares. Las “postas” existían en cada poblado; eran simples ranchos en su mayoría construidos con techo de paja y paredes de adobe. Allí era donde se reabastecían caballos y viajeros para continuar camino.                      
 El antiguo Camino Real que unía Buenos Aires con el norte de Argentina, y desde aquí al Alto Perú



                                                      

 El Día de la Tradición, el 10 de noviembre, es el máximo exponente de los eventos criollos en San Antonio de Areco, Provincia de Buenos Aires.

Se realizan domas, jineteadas, exposiciones, bailecitos y el tradicional desfile a caballo de paisanos arequeros y de localidades vecinas. Casi todo se realiza en las instalaciones del Parque Criollo.



Las instalaciones se levantan en un predio de casi 90 has en las afueras del pueblo pasando el Puente Viejo. Allí se encuentra La Pulpería "La Blanqueada".

La Blanqueada es el local de una auténtica pulpería restaurada de más de 150 años de vida. 

En el año 1999, la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de la Secretaría de Cultura de la Nación declaró a la Pulpería "La Blanqueada" como Monumento Histórico Nacional junto a: El Parque Criollo Ricardo Güiraldes y Museo Gauchesco de la Provincia de Buenos Aires,


Construida en ladrillos de media cal asentados con barro, zócalo, pilastras y cornisas salientes en ladrillos, característica del estilo de la época. La fachada noroeste ofrece una recova formada por un arco de medio punto, desde donde el forastero era atendido a través de una reja sobre el mostrador.



Al  interior del local, al que se accede por la puerta lateral, era reservado para los parroquianos conocidos del pulpero. Allí se les servía y se les daba lugares para jugar a los naipes y conversar.



El Parque Criollo con el Museo en su interior se inaugura el 16 de Octubre de 1938.

Sala de sogas

 








Museo Gauchesco Ricardo Gúiraldes

Rodeada por un foso de agua, el cual se cruza por un puente levadizo, se presenta como una fortaleza la Casa del Museo. La casona reproduce una hacienda del siglo XVIII, con su corredor hospitalario, las dos salientes laterales del edificio, los techos de tejas coloniales, sus blancos muros y sus rejas bajas.





Dentro del museo


                                                  



En la ermita, pequeño santuario donde se venera una imagen del santo patrono del pueblo que data del siglo XVII, que perteneció a la Flia Ruiz de Arellano fundadores de estos Pagos, junto a San Antonio se encuentraban las imágenes de las vírgenes del Carmen y de La Merced






 Hermoso paseo por San Antonio de Areco plenamente disfrutado con la seguridad de que muy pronto volveré, aún quedan muchos rincones sin recorrer!

 Daniela Sáez
@exploradorturis


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