Uno de los pocos mercados históricos que
se conserva aún en Buenos Aires.
Los materiales con los que se construyó fueron
hierro, ladrillo y mármol, y si le sumamos la disposición de su estructura, hacían que las
condiciones de ventilación, limpieza y su estudiada orientación, lo
convirtieran en uno de los más higiénicos para su época.
El estilo arquitectónico es de corte
funcional, con una gran cubierta metálica al estilo de los mercados de París,
lo que permitía grandes espacios libres. Se podía entrar en carros tanto por la
calle Rivadavia, por Silva, o por el pasaje Coronda. Los espacios descubiertos
se cubrían con toldos. Constaba de dos niveles, en la planta baja había locales
comerciales externos, un pabellón central con cuatro naves y dos galerías
laterales. En la planta alta había 1200 metros cuadrados
de viviendas. A pesar de no ser demasiado espacioso, tenía la amplitud para el
servicio y excelentes comodidades.
En total había 53 puestos. En el
pabellón central de 6,50
metros de altura se vendían exclusivamente las carnes
por ser el área de mejor ventilación por la falta de paredes, igual que en la
actualidad. Una de las galerías laterales se proveyó de anchas tablas de mármol
y fuentes con circulación de agua constante para la venta del pescado fresco.
En las restantes galerías se vendían las hortalizas y frutas y, al frente,
había amplios almacenes. Se proveyó agua por medio de dos fuentes ubicadas en
el centro del pabellón, bajo el centro de la cúpula, que abastecía también, a
los departamentos de la planta superior.
Con la transformación del barrio
el mercado se convirtió en un espacio de gran movimiento para los vecinos tanto
de Caballito como de Almagro y Flores. Muy pronto se ocuparon cientos de
puestos al aire libre cubiertos por toldos pertenecientes a trabajadores
inmigrantes.
En los años ‘20 se incorpora el
Pasaje Coronda como calle interna de servicio, donde se instalan las cámaras
frigoríficas. Entre 1929 y 1930 se reforma la fachada con ornamentación a la
moda de la época aunque combinando con los elementos clasicistas del frente
sobre Centenera. Se incorpora en el frente un reloj y el nombre del mercado en
estilo Art decó.
Hoy hay 17 negocios a la calle y
174 puestos interiores distribuidos en 3600 metros ,
número que triplica la superficie
de hace 114 años.
El Mercado del Progreso es uno de los grandes referentes de la ciudad
en el área gastronómica. Muchos habitantes, incluso chefs, visitan el mercado
semanalmente para abastecerse de una amplia variedad de productos de selecta
calidad. La atención es personalizada, ya que la mayoría de los puestos son
atendidos por sus propios dueños. Muchos de ellos fueron pasando de generación
en generación, siendo 60 de ellos nietos y bisnietos de los pioneros.
El mercado fue declarado sitio de interés cultural en 2001 por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Ubicación: Av. Rivadavia 5430 y Av. Del Barco
Centenera 141 – Caballito – Ciudad de Buenos Aires – Argentina
Fuente: buenosaires.gob.ar
Daniela Sáez
@exploradorturis
No hay comentarios:
Publicar un comentario