jueves, 15 de mayo de 2014

Palacio de Aguas Corrientes - Museo del Agua y de la historia Sanitaria

Una obra única en el continente


Dentro del patrimonio histórico de las obras de salubridad, un lugar de privilegio por sus características singulares, por su envergadura y su carácter monumental, ocupa el Gran Palacio de las Aguas Corrientes de Buenos Aires



Su historia se relaciona con las necesidades de una ciudad que hacía 1871 presentaba un estado sanitario muy  precario, aquejada por epidemias de cólera y fiebre amarilla, y sin un sistema de aguas corrientes, cloacas y desagües pluviales, acorde al crecimiento que venia experimentando.

Si bien en 1869 se había inaugurado en el barrio de Recoleta una pequeña Planta de Filtrado que abastecía con su red a un reducido sector de la Ciudad, todavía la mayor parte de la población dependía del agua que recogían del río los aguateros y de los aljibes, y el flagelo de las enfermedades no se había atenuado.

A fin de buscar una solución a este grave problema, el Gobierno decide contratar al ingeniero hidráulico inglés John Frederick La Trobe Bateman la realización de un Plan Sanitario para Buenos Aires, que comprendiera la provisión de agua, los desagües cloacales y pluviales.

Precisamente, la historia de este Gran Depósito, forma parte del sistema de provisión de agua proyectado por el estudio inglés y refleja la intención del Gobierno de levantar un verdadero monumento al agua potable, una “construcción que en el mundo no tenga rival por su magnitud”.















 










Museo del Agua y de la historia sanitaria


Este Museo tiene por objeto principal proponer al visitante una experiencia enriquecedora al conocer la historia de los antiguos sistemas de saneamiento de Buenos Aires, de los cuales el excepcional Palacio de las Aguas Corrientes, donde funciona, era una pieza indispensable.

Además de poder descubrir la historia del agua potable en la Ciudad y la construcción de este Gran Depósito Distribuidor, sus colecciones testimonian una etapa importante de la historia sanitaria argentina.


Hacia 1958 se crea el Museo Técnico de artefactos Sanitarios de Obras Sanitarias de la nación, a partir del “Muestrario de Materiales”, lugar donde eran exhibidas públicamente las piezas aprobadas por la antigua Oficina de Contraste. Estos materiales, que con el tiempo se fueron acumulando y adquirieron valor histórico, constituyen la base de las actuales colecciones.

Las colecciones del Museo

Además de los elementos que forman parte de la historia de la construcción del Palacio de las Aguas Corrientes y el mobiliario de las antiguas dependencias de O.S.N. las colecciones del Museo incluyen: cañerías, medidores, grifería nacional e importada y antigios artefactos sanitarios.

Cañerías


Desde que se iniciaron las obras de higiene y salubridad en 1869, y durante las primeras décadas del siglo XX, la mayor parte de los materiales utilizados en las obras de salubridad eran importantes.

Para controlar estos elementos y los de fabricación nacional, en septiembre de 1887 se creó la Oficina de Contraste, que tenía a su cargo realizar los ensayos necesarios para determinar la calidad de los materiales utilizados en las obras domiciliarias.

En el Museo se pueden observar caños de material vitreo, que procedían en su mayoría de Inglaterra. Algunas de las firmas proveedoras fueron Strong de A. G.Kidston & Co, London y Geo, Jennings, London & Poole, etc. Además, cámaras de acceso y piezas especiales, y un conjunto de conductos de secciones y materiales diversos (madera, cerámica), utilizados en la primera mitad del siglo XX.

Medidores



El control del consumo del agua a través de medidores fue, prácticamente desde los orígenes del sistema de provisión, una de las preocupaciones principales de las autoridades. El primer reglamento de 1869 para la provisión de agua preveía la colocación de medidores en viviendas y establecimientos.

Los primeros medidores a turbina en servicio en Buenos Aires datan del año 1889 y eran de las marcas Stoll, Thompson y Siemens. Hacia 1939 había 17.260 medidores en servicio, que eran controlados por la Oficina de Medidores de Obras Sanitarias de la Nación.

 Grifería, nacional e importada.


Además de artefactos y cañerías, el control de Obras Sanitarias de la Nación se extendía a la grifería y accesorios comúnmente utilizados en baños y cocinas. A partir de la segunda posguerra, la industria  nacional cobró renovado impulso con marcas como Piazza hermanos, La Rural, Franklin y FV, esta última  fundada en 1921.
La labor de la empresa consistía en la aprobación de las piezas, mejoramiento de estándares de fabricación y calidad existentes, a través de la organización de concursos destinados a perfeccionar el funcionamiento de la grifería sanitaria nacional.

Artefactos sanitarios

En el Museo se pueden apreciar piezas curiosas y únicas como inodoros destinados a cárceles (que incluyen lavabo en un mismo elemento), inodoros a la turca u orientales, vaciaderos, urinales, bitdets, móviles y otros modelos especiales. También pueden observarse antiguos depósitos automáticos de descarga de distintos materiales (madera, vidrio y acero cromado).







Sanitarios de cárceles 


Mobiliario de antiguas dependencias OSN



Algunas imágenes más del Museo











Daniela Sáez
@exploradorturis

1 comentario:

Ramón dijo...

Buena galería de imágenes. Curioso museo, entre cómico y nostálgico ¿no?