jueves, 28 de noviembre de 2013

Catedral de San Isidro

Una de las más bellas del país.


 Fueron arquitectos de este templo neogótico Jacques Dunant y Charles Paquin, ambos habían estudiado en París. Paquin murió en Buenos Aires en enero de 1898 y Dunant terminó la obra solo. Pedro Biasca y sus hijos fueron los constructores.

La catedral ocupa una superficie de 1.300 metros cuadrados, mide 60 m. de largo por un ancho de 18,50 m., que en los cruceros llega a los 29 m. La altura interior es de 19 m. y su torre alcanza los 68,65 m.

En la parte superior de la torre hay seis campanas; dos de menor porte fueron colocadas en 1902, una de ellas da las horas y la otra está actualmente inactiva. El párroco Agustín Allievi (1912-33) adquirió otras cuatro de mayor tamaño, hechas en Londres por la casa Gillet y Johnston, con un peso total de unos 5.000 kilos, la mayor de 1.800 k., la menor de 800 k. Fueron bendecidas el 8 de diciembre de 1923, instaladas el 5 de febrero de 1924 y se echan a vuelo en las grandes fiestas.

Poco más abajo, la torre ostenta un reloj de cuatro esferas colocado en 1902. El mecanismo es el original, hay que darle cuerda todas las semanas, funciona con contrapesos y se mantiene en perfecto estado.



El 8 de junio de 1957, al crearse la Diócesis local, esta iglesia se convirtió en Catedral y el 10 de octubre de 1963 fue declarada “Lugar Histórico Nacional”.



De estilo neogótico, se caracteriza por sus líneas esbeltas que apuntan hacia el cielo, como invitando a elevar la mirada a Dios. Las paredes macizas son reemplazadas por vitrales que generan un ambiente interior propicio a la oración. La planta de este templo tiene forma de cruz latina en tres naves y un ábside circular. En la parte posterior está adosada la casa parroquial en el mismo estilo.

Al entrar en la Catedral se puede apreciar la belleza y grandiosidad de sus formas, resaltadas por la reciente restauración. Para gozar plenamente de ella es indispensable tener en cuenta que su arquitectura está pensada para que todo ayude a la fe.









Vale la pena si andas por San Isidro entrar a conocerla, admirarla desde afuera, detenerte en los detalles exteriores e interiores que sin duda la convierten en una de la más bellas del país.

Ubicación: Av. del Libertador 16200 - San Isidro



Daniela Sáez
@exploradorturis

Fuente http://www.catedraldesanisidro.org/

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